Persa chinchilla

El persa chinchilla, es una variedad de gato persa bastante popular y reconocida, no sólo por su aspecto sedoso y bonito, sino también por su elegancia y majestuosidad características de un gato acomodado.

El persa chinchilla cuenta con una apariencia metálica, causada por la presencia de puntas negras cortas sobre el pelaje, de color blanco inmaculado (excepto en las zonas inferiores). Los ojos son de color azul turquesa o verde esmeralda, rebordeados de negro, lo que hace que su mirada destaque bastante. A diferencia que otros persas, la cara del chinchilla no está tan aplanada como los demás, o al menos no se nota tanto a causa de su abundante pelaje en la cara y cuello.

Otra característica de esta raza es su pelaje alrededor del cuello, que tiene el aspecto de un collarín exta largo que lo rodea, siendo una característica también muy deseable que le da un aspecto muy destacado. En cuanto al carácter, se trata de una raza muy cariñosa y amable.

Se cree que los primeros ejemplares de persas chinchilla aparecieron en una camada procedente de un atigrado plateado, alrededor de la época vitoriana, donde estos gatos tenían aspecto diferente a los de la actualidad, pues tendían a ser más oscuros y con diversos colores de ojos. También tenían marcas atigradas, detalle que se puede apreciar en los gatitos, pero que desaparecen cuando crecen. Frecuentemente los gatitos más oscuros se convierten en gatos de un color más pálido en su edad adulta.

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