German rex

Junto con el Devon rex y el cornish rex, los German rex componen las razas de pelo rizado llamadas rex. Es, además el German rex, el más antiguo y el único cuyo origen está documentado. De hecho, pese a que el pelo rizado se ha obtenido siempre de forma artificial, por medio de la cría selectiva, parece ser que en Alemania existían ya gatos con esta característica mucho antes, de manera espontánea.

La línea es algo más corpulenta que sus congéneres ingleses, de cabeza redondeada y orejas grandes y con una importante separación. Los ojos son de tamaño medio, bien abiertos y en matices acordes al manto. Se admiten todos los colores en su característico pelo corto y rizado.

“Lämmchen”, el patriarca

El primer German rex del que existe documentación fue “Munk”, cruce de un azul ruso y un Angora marrón. Corrían los años 30 en Alemania. Como en aquellos años no se inició programa de cría selectiva alguno, la estirpe acabó por desaparecer. Fue en 1951 cuando la doctora R. Scheuer-Karpin descubría por casualidad y adoptaba a otro gato de pelo rizado al que llamó “Lämmchen”. Éste iba a ser el patriarca de la raza.

El comportamiento del rex alemán es el de un gato muy cariñoso, juguetón. Disfruta probando los límites de la gravedad, con acrobacias y saltos imposibles. Se muestra estable y con una sociabilidad a prueba de bomba, además de muy paciente con unos niños que no siempre se limitan a acariciarlo.

El German rex no precisa de una atención demasiado grande. Es suficiente con pasarles, de vez en cuando, un guante de franela que elimine los pelos muerto y mantenga el resto brillante, aunque no está de más acostumbrarlos a un baño esporádico con un champú que los mantenga libres de grasa.

Por lo que respecta a su salud, éstos son unos gatos sanos y fuertes, sin problemas genéticos conocidos.

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