El gato orienta de pelo corto es un felino que sólo presenta una desproporción: las orejas, enormes. Por lo demás, todo en él es equilibrio. Es un gato elegante de cabeza mediana, triangular y bien proporcionada, con un hocico fino y una nariz recta y larga. En cuanto a los ojos, son de color verde, oblicuos, almendrados y de talla mediana.
El cuerpo de los orientales de pelo corto es de tamaño mediano, esbelto y, aunque musculoso, fino y elegante. La cola, larga, termina en punta. Y el pelaje que los recubre es fino, corto y brillante, además de espeso y pegado al cuerpo.
Gatos medievales reconocidos en el siglo XX
Por lo que respecta a la pigmentación, podemos clasificarlos en varios tipos: los de un solo color, blancos, negros, azules, lila, chocolate, crema, canela, rojos y fawn; tortuga, tabby, smoke, arlequín, van; y los de dos colores, tabby, smoke y silver taby.
Existe documentación que prueba que en la Edad Media estos gatos ya se encontraban en Tailandia, donde eran muy apreciados por la nobleza, mientras que en Europa no se conocían en absoluto. De hecho, es probable que los primeros representantes de esta raza llegaran con algún viajero de la época. En cualquier caso, hasta los años cincuenta del siglo pasado los criadores no empezaron a interesarse por esta raza, reconocida como tal en los setenta.
En cuanto a la forma de ser, se comportan como gatos muy estables, con cierto… aplomo, podríamos decir. Son cariñosos y comunicativos, siempre deseosos de la compañía de sus amos. Unos amos que, por cierto, se preguntará de dónde saca su mascota una voz tan poderosa, sobre todo en épocas de celo.
El oriental de pelo corto apenas sí necesita un cepillado de vez en cuando y, en cuanto a su salud, suele ser fuerte, aunque algunas veces se presenta algún caso de estrabismo –una leve alteración del nervio óptico-.