Los eventos de belleza felinos, como todos los que existen, nacen del interés de expertos y aficionados de las diferentes, por seleccionar los ejemplares más perfectos en respuesta a un estándar de belleza, distinto para cada raza.
En cada raza, son los criadores y expertos los que van marcando su evolución en base a ciertos cánones de belleza y que van plasmando en los distintos patrones, sobre los que se podrá discernir en cuanto a medición se refiere.
Estos certámenes de belleza felina se organizan para poder valorar la belleza de cada gato, y en ellos, distintos jueces especialistas examinan cada ejemplar y lo comparan con otros de su misma raza, variedad, edad y sexo, para decidir cuáles son los mejores, los más perfectos según el estándar oficial de cada raza.
En estas reuniones de amantes de los felinos no sólo se busca la acreditación de un trabajo, sino que también se establecen contactos entre criadores de distintas procedencias y, lo más importante, se abre una ventana a los propietarios no profesionales, dándonos la oportunidad de disfrutar entre tanto gato aristocrático y participar en la categoría “gato de casa”, abierta a gatos sin raza.
Para poder concursar, los animales han de ser examinados antes de entrar por un veterinario, que compruebe que tienen sus vacunas en regla y que les examine para acreditar su estado sanitario (es lógico obligar a los participantes a demostrar la salud de sus animales en una concentración de felinos expuestos a evidentes contagios en el caso de presencia de animales enfermos).
