Los gatos y el agua

Todos sabemos que los gatos y el agua no son compatibles, pero esto puede revertirse si enseñamos desde pequeño al cachorro a sociabilizarse con el agua, o sea, entre el primer y el segundo mes de vida. En estos meses el gato es receptivo a todas las enseñanzas de manejo social que se queramos impartir en él. El baño en los gatos es una actividad que refuerza la relación social entre el gatito y su dueño, al igual que ocurre con el cepillado, las caricias o los juegos.

Antes de empezar el baño, es conveniente hablar y acariciar a nuestro gato durante todo el procedimiento para calmar la ansiedad del animal. El ambiente debe ser tranquilo y si es posible, debe ser la misma persona la que bañe al gato siempre, ya que muchos gatos cogen afecto a un solo dueño.

El baño lo puedes realizar en cualquier pila de la casa, siendo imprescindible que el gato quepa y sobre todo que el agua esté tibia. En estos casos retira la mayor parte de agua con una o más toallas secas y permite al minino que se termine de secar en una habitación tranquila y caliente.

Como recordatorio importante para finalizar la buena higiene damos tres consejos:

* Nunca utilices un secador el primer día que bañes al gato pues les molesta mucho el ruido y nunca más querría volver a bañarse.

* Se debe usar un champú específico para gatos y no uno cualquiera.

* Nunca hay que dejarlo húmedo a no ser que sea verano y la temperatura lo permita. Si no está muy asustado una vez seco, lo podremos peinar poco a poco.

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