La relación de los seres humanos con los gatos se remonta a hace unos 9500 años, y son, por múltiples razones, parte de las mascotas preferidas por las personas por las distintas ventajas que representa la convivencia con los felinos. Históricamente los gatos han estado relacionados y fueron, incluso, alabados en parte de las eras más importantes de la historia de la humanidad, como la egipcia.
Gatos: Mucho más que bolas de pelo
Para comenzar, a pesar de la creencia popular, los gatos no son “infieles”, en realidad su domesticación debe entenderse diferente, uno no es dueño del gato, sino el gato de uno (pueden llegar a ser algo celosos en este aspecto dependiendo de cómo se les haya criado), por lo que el autoestima de las personas puede verse reforzado por las muestras de cariño que puede tener un gato con su propietario, que incluye dejar “regalos”, fruto de sus cacerías nocturnas.
De ahí nace su segunda ventaja: los gatos son cazadores natos, por lo que la vivienda que habite va a estar mayormente despoblada de insectos rastreros, roedores y otras especies perjudiciales para el ser humano, nuestro peludo amigo se encargará de ellos.
Son animales relativamente tranquilos, sin embargo son bastante juguetones y entretenidos de observar, sin contar que pueden llegar a ser increíblemente cariñosos y el ronroneo característico de esta especie le da un toque especial al momento de acariciarlos.
Para las personas con falta de tiempo o viviendas pequeñas los gatos son ideales también, ya que no necesitan bañarse con frecuencia, los felinos pueden pasar largas horas solos sin “tomar venganza” (aunque se encuentren en la oscuridad, de hecho no les molesta ya que son animales mayoritariamente nocturnos), y no necesitan de mucho espacio para existir, además que, tanto el macho como la hembra, pueden ser esterilizados, lo que nos ahorra un par de preocupaciones, y, si se tienen varios, no se forman jaurías, y la lista continúa, por lo que si quieres divertirte de verdad con una mascota: escoge un gato.