Así como los perros también se pueden comunicar con las marcas de orina, lo gatos también recurren a estos mensajes para comunicarse.
Suelen marcar estructuras verticales de su territorio y para salpicarlas se aproximan a ellas a la vez que levantan la cola y la hacen vibrar. Está técnica la realizan tanto las hembras como los machos, pero estos últimos son los que la emplean con más frecuencia. Estos “dibujos” olorosos hacen que el posible intruso se entere de la fuerza y las intenciones del propietario de ese territorio, así como la definición de su territorio.
Los gatos suelen colocar sus marcas en el interior de su propio territorio, raramente en sus límites. Es muy probable que empleen las marcas de orina como una especie de normas de circulación en su terreno. Les permiten apartarse a tiempo del camino y evitar situaciones conflictivas ya que previamente se han enterado de quién pasa por dónde y cuándo. Cuánto más fresca está la marca, más probabilidades hay de que su autor se encuentre en las cercanías. Hay personas que recurren a la castración del gato para evitar que este dejando de orinar, debido al olor tan característico que tiene la orina.
Si decides optar por esta medida, de preferencia trata de realizar esta intervención antes de que el animal alcance la madurez sexual. Por otro lado las gatas también emplean la orina para marcar su territorio pero con mucha menor frecuencia. Se piensa que la orina del gato produce enfermedades nocivas para la salud por el amoniaco que tiene, el cual es el responsable del desagradable aroma. En realidad solo puede provocar daños si no se limpia y se deja por mucho tiempo en un lugar encerrado y sin ventilación. Para evitar estos problemas lo mejor es que el gato orine en un lugar abierto.