El estrés felino

El estrés felino, es una afección que se presenta con mucha frecuencia en los últimos años y que en ocasiones nos enmascara importantes hallazgos clínicos en la consulta
médica veterinaria es el estrés; por tanto en este artículo pretendo
que tanto los propietarios de los felinos y los colegas Médicos Veterinarios
recordemos datos importantes sobre este tema.

Al igual que los humanos, los gatos también han empezado a padecer ciertas enfermedades modernas, que afectan su comportamiento, desempeño y su salud. Hoy en día nuestras vidas se han vuelto más caóticas, ya que el tiempo que disponemos para dedicarnos al descanso, a la familia, a la diversión es cada vez menor y esto también lo sienten nuestras mascotas tanto gatos como perros; por otro lado, la alimentación, contaminación, la radiación, el ruido y el efecto de las ondas electromagnéticas son unos de los factores que predisponen a que día a día se manifiesten más y nuevas patologías.

DEFINICIÓN

Se puede considerar estrés cualquier agresión emocional, física, social, o de otro tipo que exija una respuesta o un cambio por parte del individuo, como por ejemplo la deshidratación que puede condicionar una elevación de la temperatura corporal o la separación de un cachorro de su madre estimulando su llanto.

CLASES

• Estrés postraumático: Trastorno caracterizado por aparición de ansiedad como respuesta emocional aguda frente a un fenómeno traumático o una situación de intenso disconfort ambiental, como un desastre natural, hacinamiento, agresiones físicas o psicológicas, malnutrición, etcétera.

• Estrés fisiológico: Alteración física o química en las células o líquidos tisulares producida por un cambio tanto en el ambiente exterior como dentro del propio cuerpo y que demanda una respuesta para contraatacar el disturbio. Para este artículo haré énfasis en esta clase de estrés, pues es al que nos vemos mayormente enfrentados los médicos al momento de la consulta.

• Adaptación: Como parte del proceso evolutivo, los gatos se han adaptado al estrés mediante el desarrollo de respuestas fisiológicas que atenúan las perturbaciones del mundo moderno. A menudo estas respuestas fisiológicas se superponen como un estado morboso en el cual los efectos del estrés dificultan su diferenciación de un trastorno de tipo patológico o de enfermedad.

• Efectos fisiológicos de respuesta hacia el estrés: Al estar nuestro gato expuesto a situaciones de estrés, su organismo iniciará diferentes tipos de respuestas fisiológicas, entre las cuales están la producción de diversas sustancias como:

*Catecoláminas: Son hormonas, como la epinefrina y norepinefrina que están asociadas con la reacción clásica de pelea o fuga en el estrés agudo. En el gato, la secreción de catecoláminas puede ser provocada por una variedad de estímulos; pero de éstos la timidez es el más poderoso. Gran parte de los gatos, exhiben fuertes reacciones de ansiedad al ser cogidos, enjaulados y transportados a sitios diferentes a su hogar o al consultorio del médico veterinario.

Las reacciones de temor o ansiedad se vinculan con la activación del hipotálamo, el cual estimula las fibras simpáticas del sistema nervioso, con el resultado de la secreción de catecoláminas por la médula adrenal.

La epinefrina y la norepinefrina incrementan la presión sanguínea, la frecuencia cardiaca y el volumen sanguíneo por minuto, haciendo que la sangre se aleje de los órganos vitales (como el aparato digestivo y los riñones) para ser dirigida hacia el cerebro y el músculo.

Por otro lado se inicia un proceso denominado glucogenólisis hepática, donde el organismo saca un aporte energético de glucosa hepática hacia el torrente sanguíneo, para ser usado de inmediato en caso de tener que huir o atacar.

La viveza mental, la dilatación de la pupila (midriasis), el aumento de la frecuencia cardiaca (taquicardia), son las manifestaciones clínicas de la respuesta catecolamínica al estrés.

Desde el punto de vista de la supervivencia, la secreción de catecoláminas, prepara al organismo para la fuga de una situación amenazante, mediante el aporte de una fuente energética accesible (glucosa), hiperfusión del músculo esquelético (aumento del flujo sanguíneo), potenciación de los reflejos mentales y periféricos y supresión de los procesos fisiológicos menos urgentes como la función gastrointestinal y renal.

• Glucocorticoides: Estas sustancias esteroideas también se secretan en estados de estrés; al parecer obran amortiguando la respuesta al estrés iniciada por otras hormonas. Las acciones anti inflamatorias de los glucocorticoides protegen contra acciones auto inmunes, mientras los efectos hiperglucemiantes antiinsulínicos previenen la hipoglucemia (disminución de los niveles de glucosa en sangre). Aunque la secreción de estas sustancias es beneficiosa para el animal a corto plazo, la secreción crónica puede ocasionar depresión mental, insulinorresistencia duradera y mayor susceptibilidad a las infecciones.

• Otras: Existen más sustancias que se secretan en estados de estrés como las hormonas hipofisiarias: somatotropina, prolactina, Hormona Antidiurética (HAD), otras hormonas como estrógenos, progesterona, y testosterona; en este momento sería algo poco fácil de explicar para el común de la gente, pero en resumidas cuentas, tendremos efectos como los antes mencionados, además de una función cardiovascular y respiratoria aumentada, una función reproductiva disminuida, y alteraciones en los valores normales de diversos exámenes de laboratorio clínico, como en las pruebas hematológicas (de sangre), urinarios, endocrinos e inmunológicos.

EFECTOS DEL ESTRÉS EN EL EXAMEN CLÍNICO DURANTE LA CONSULTA MÉDICA

Muchas de las manifestaciones clínicas de la respuesta al estrés se pueden evidenciar durante el examen clínico de un gato. En particular la elevación de la temperatura, pulso y la frecuencia respiratoria son con frecuencia observadas.

Las catecoláminas causan midriasis como parte de la respuesta al estrés; no obstante, puede ser difícil asegurar si la midriasis es un signo de enfermedad o resultado al estrés, en general la dilatación pupilar asimétrica es indicativa de enfermedad.

Por todo lo anterior es que los médicos veterinarios y los propietarios debemos tratar de que en el momento de llevar y efectuar la consulta médica, se haga en la mayor tranquilidad posible, pues el gato es un animal muy especial, que no debe ser tratado como una mascota canina; para tal efecto es indicado que desde el momento en que el propietario decida llevar al gato a la clínica veterinaria, lo capture con tranquilidad y calma, para luego colocarlo en su trasportín adecuado, el cual debe ser amplio y cómodo, con lo que se evita que sea transportado en una bolsa o caja, las cuales pueden incomodar o lastimar más al gato durante el viaje.

Es prudente tratar de que durante el viaje no se haga mucho ruido y se eviten los movimientos bruscos. Al llegar a la clínica se busca que el ambiente sea agradable, sin ruidos en especial de perros, sin malos olores; luego, al entrar al consultorio, se deja el trasportín sobre la mesa de consulta un buen rato, para luego abrir la puerta del mismo y esperar en lo posible que él salga por su cuenta y empiece a explorar su alrededor; este tiempo puede ser utilizado por el médico para observar el comportamiento o algún tipo de lesión que se pueda ver a simple vista.

Posteriormente con ayuda del propietario, se sube a la mesa en caso de que haya saltado y se le empieza a hablar suavemente, seguidamente se empieza a acariciar, en especial en la zona de la nariz, donde se encuentra el área de producción de feromonas de placer, con esto le brindamos algo de tranquilidad, luego se empieza a explorar sus ojos, oídos, boca y el resto del cuerpo, para continuar con la auscultación, la palpación y por último la medición de la temperatura, cosa que no les agrada mucho.

Mi recomendación es siempre evitar cualquier cosa que le ocasione nerviosismo al gato al momento de la consulta, por eso trato de programar las consultas de los felinos en días entre semana o las primeras del día, cuando hay pocos perros.

Otra cosa importante es tratar de escuchar atentamente al propietario del minino, porque ellos siempre tienen datos valiosos que aportar; pero además de esto, hay que tranquilizar también al dueño de la mascota, porque su nerviosismo es percibido por el animal y lo puede estresar aún más.

Para finalizar, creo que todo animal merece que sea tratado con respeto, seriedad y cariño, con esto tendremos buenos pacientes, que nunca sentirán miedo de visitarnos en nuestras clínicas.
Fuente: http://www.elmundodelgato.com/noticia.asp?ref=574

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