La base fundamental de la educación de tu gato consiste en mantenerse constante e inflexible con las reglas impuestas.
Las excepciones no harían más que irritar al animal y éste consideraría que las reglas anteriores ya no son válidas. Asegúrate de que si tienes visitas, también respeten las reglas. No tomes a mal si el comportamiento de tu gato deja algo que desear. No lo hace para que tu enojes, lo que pasa es que o todavía no ha aprendido los modales necesarios para la convivencia con las personas o, sus alteraciones del comportamiento expresan una profunda inseguridad o incluso miedo.
Proporciona a tu gato todos los elementos necesarios para que dentro de casa también pueda realizar todas sus actividades naturales como por ejemplo: trepar o afilarse las uñas. Así evitará que el minino intente a acceder a lugares que tiene prohibidos clavarles la uñas, orinar o morder. También no debes olvidar respetar su necesidad de descansar. Los mimos y las caricias no sólo estimulan la relación entre la persona y el animal. Si tu gato está excitado o estresado, las caricias suaves y las palabras dulces puedan ayudar a tranquilizarlo y a transformar su inseguridad en una sensación de confort y bienestar.
Cuando tu gatito quiera demasiado cariño, lo más seguro es que sufra de una gran inseguridad psíquica cuya separación pueda estar en una separación demasiado temprana de la madre o una pérdida traumática de su anterior dueño, lo mejor es seguir consintiendo al felino sin necesidad de encerrarlo o separarlo aún, ya que esto podría aumentar el conflicto interno. Poco a poco se tiene que ir dando la separación y mientras ocurre hay que darle una prenda que huela a ti o una toalla de baño usada. La educación de tu gato es muy importante para mantener una casa llena de armonía.




