Sea que se quiera hacer un viaje y trasladar al gato, que se deba llevar a cabo una mudanza o que sea necesario llevar al gato al veterinario, contar con un transportín es fundamental para garantizar su seguridad y comodidad a lo largo de estos traslados. Hay que tener en cuenta que los gatos necesitan sentir la situación controlada para estar cómodos, por lo que tienden a viajar mucho más tranquilos cuando se encuentran dentro de un transportín. Por eso, a continuación, vamos a contarte lo que debes saber sobre los transportines y cómo elegirlos.
¿Qué son los transportines y para qué sirven?
Cuando hablamos de transportín, estamos haciendo referencia a una especie de bolso o de maleta que es confeccionado en un material resistente y que se utiliza para ofrecer un entorno cómodo y seguro en el que trasladar específicamente a los gatos. En este sentido, podemos decir que es de gran utilidad cada vez que es necesario mover a los gatos, no sólo para viajes o mudanzas, sino también para las visitas necesarias al veterinario.
¿Cómo elegir un buen transportín?
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de elegir los mejores transportines para gatos es con qué fines se lo va a usar. Ciertamente, no es lo mismo elegir entre un transportín que va a ser utilizado solamente para las visitas al veterinario que otro que se utilizará para viajes en coches o uno para viajes en avión. Por eso, siempre se recomienda pensar previamente el uso que se va a dar a fin de poder tomar la decisión correcta.
En este sentido, algunas de las claves que se deben tener en cuenta para elegir buenos transportines son:
- Que el gato pueda sentirse seguro en su interior, evitando la completa exposición que puede asustarlo.
- Que el transportín tenga el tamaño adecuado para cada gato, evitando que este pueda sentir malestar en sus patas como consecuencia de una mala postura.
- Que el transportín sea fácil de portar y de guardar cuando no se lo está utilizando.
- Que sea impermeable en caso de tener que hacer traslados en días de lluvia.
- Que sea lavable para poder dejarlo como nuevo luego de cada uso (en algunos casos, se pueden encontrar transportines con interior extraíble que puede introducirse en la lavadora)
- Que la cremallera o la cerradura sea de buena calidad para que el gato no sea capaz de abrirla desde adentro.
- Que tenga buena ventilación y transpirabilidad.
¿Transportín rígido o de tela?
Considerando los criterios mencionados con anterioridad, hoy en día es posible elegir entre una amplia diversidad de transportines. No obstante, lo más frecuente es que se tienda a diferenciar entre los transportines de tela y los rígidos.
Por un lado, hemos visto anteriormente que los transportines deben ser fáciles de lavar para garantizar su vida útil por más tiempo y la comodidad del gato. Por eso, en caso de optar por modelos de tela, es importante que se trate de un tejido que no absorba mucho los olores y que se pueda lavar, preferentemente en lavadora. Además, hay que tener en cuenta que los olores que quedan en el transportín pueden poner en alerta al gato, generándole incomodidad.
Por otra parte, los transportines rígidos son cada vez más populares entre los dueños de gatos. Esto se debe a que suelen proteger mejor a los animales, garantizando una mayor estabilidad que los hace sentir más cómodos. Además, permiten la colocación de elementos acolchonados en el interior para un mayor confort y son fáciles de limpiar.
