Estas son las seis emociones frecuentes que te aporta la convivencia con tu mascota en la rutina cotidiana.
Convivir con un gato es una experiencia de felicidad cotidiana. Una vivencia de bienestar que transforma tu presente. ¿Cuáles son las emociones habituales en este caso?
Ilusión
Porque tienes el aliciente de la novedad de esa compañía que viene marcada por tantas anécdotas que se repiten en cada jornada. Tu gato nunca deja de sorprenderte. Esta ilusión te permite mantener tu mente y tu corazón en forma. Porque las cosas bonitas de la vida son aquellas que activan lo mejor de ti.
Alegría
Existen diferencias entre la felicidad y la alegría. La alegría es más terrenal, más próxima a lo concreto de la vida cotidiana. Pues bien, gracias a la convivencia con tu mascota también sientes instantes de profunda alegría que te ayudan a resistir mejor los momentos de mayor incertidumbre.
Satisfacción personal
No existe mayor premio de compensación emocional que aquel que sientes cuando experimentas la satisfacción de saber que tu mascota está bien cuidada y que tú haces todo lo posible para que sea feliz.
Amistad
Existen distintos tipos de amistad. Tú eres un ser social por naturaleza y, sin duda, la amistad con un gato puede enseñarte una nueva forma de compartir el presente y los instantes personales desde la perspectiva de la belleza vital. Este tipo de vínculo puede enseñarte virtudes fundamentales que puedes poner en práctica en otras relaciones. Por ejemplo, paciencia, comprensión, amabilidad, respeto y colaboración.
Compañía
La soledad es uno de los grandes problemas psicológicos de nuestro tiempo puesto que cada vez más hogares están formados por personas que viven solas. Y muchas de esas personas se sienten solas no por el hecho de no tener compañeros de piso, sino por un trasfondo psicológico más profundo. La compañía de un gato aporta una ilusión y una vitalidad añadida. Esta compañía es un motivo de satisfacción no solo en situación de tristeza, sino también, en momentos de máxima alegría.
Serenidad
Una serenidad que es una consecuencia inmediata del hecho de vivir el presente y estar concentrado en el ahora con más optimismo.
