Los animales tienen formas de lidiar con las bajas temperaturas, pero cuando son expuestos a temperaturas de congelación extrema durante un período prolongado, estos mismos mecanismos para mantenerlos calientes y vivos, realmente pueden causar daño y muerte a los tejidos de las extremidades (puntas de las orejas, la cola y almohadillas.), más comúnmente conocida como la congelación.
Cuando un perro o un gato se expone a temperaturas frías, su cuerpo reacciona por etapas.
*La piel le proporciona aislamiento al igual que a nosotros un abrigo. Sus pelos, cuando se expone al aire frío se produce la pilo-erección. Esto es como cundo a nosotros se nos pone la piel de gallina. Los pelos erguidos atrapan el aire en esa capa. Este aire es calentado por el cuerpo y aísla el frio.
* Cuando se reduce el núcleo de la temperatura corporal, un reflejo involuntario de los músculos del esqueleto conocido como «temblores» se activa para generar calor. Los animales como los seres humanos experimentan esta misma reacción.
* Cuando el cuerpo está realmente frío, la vida del animal puede estar en riesgo, este responde con vasoconstrictores en los tejidos periféricos. Esto significa que el cuerpo selecciona a donde enviar la sangre caliente.
* la sangre es enviada a los órganos que son los más importantes para mantener a un animal y a humano con vida (corazón, hígado, pulmones los riñones), para y se cierra temporalmente por constricción de los vasos sanguíneos en las extremidades hasta que se alcance la temperatura normal del cuerpo.
* En esta etapa si un gato o un perro no ha recibido los primeros auxilios o calor por sí mismo, la congelación se desarrollará. Los tejidos que se han congelado debido a esta respuesta, mueren. Los gatos y los perros a menudo experimentan la congelación en las puntas de las orejas, la cola, las almohadillas de las patas, la cara, las piernas y los genitales en los machos.
* La congelación puede resultar en la pérdida de extremidades, dedos de los pies o las puntas de las orejas.