Problemas de piel en los gatos

Normalmente nos encontramos gatos con problemas de piel o dermatológicos. Los más habituales consisten en la aparición de lesiones inflamatorias crónicas que se orientan en diferentes localizaciones, pudiendo incluso afectar a los labios y la mucosa oral. Estas lesiones se pueden presentar en forma de úlceras, de placas o de granulomas. Se supone que estas lesiones son la reacción de la piel del gato ante un proceso, cuya causa es aún un misterio por resolver.

Podemos nombrar como posibles causas procesos autoinmunes, infecciosos (incluido el virus de la inmunodeficiencia) y alergias a parásitos, alimentos o inhalantes. Hay gatos que pueden presentar alguna de las lesiones de forma aislada, y otros que las pueden presentar simultáneamente.

En el gato podemos reconocer la existencia de diversas alergias cutáneas: la alergia a los alimentos, la alergia a las pulgas, la alergia a la picadura de mosquito y lo que llamamos atopía, que incluye aquellas alergias provocadas por alergenos inhalantes (pólenes, ácaros del polvo, etc). Podemos decir que de las tres lesiones descritas anteriormente, la placa suele ser provocada por un proceso alérgico, mientras que la úlcera y el granuloma pudieran ser debidas a infecciones o enfermedades inmunológicas.

La úlcera

Se localiza habitualmente en la boca, situándose en el labio superior de la zona de los dientes caninos, y suelen aparecer en un solo lado. Se ven claramente, ya que en donde aparecen faltará el pelo. Tienen los bordes muy marcados y son de color pardo-rojizo. No duelen ni pican. Su tamaño oscila desde unos milímetros hasta un centímetro. Pueden tener a veces aspecto de precancerosos pero raramente evolucionan hasta convertirse en un tumor. Suelen aparecer de forma aislada, pero a veces podemos verlas acompañadas de placas o de granulomas repartidos por otras partes del cuerpo.

La causa de su aparición es desconocida, aunque hay gatos que las padecen que darán positivo a las pruebas alérgicas y que responden a los tratamientos de hipa-sensibilización.

Pudiera existir una predisposición genética a padecerlas. La observación por parte de los veterinarios de que su incidencia es más alta en gatos que acostumbran a lamer objetos, o a lavarse en exceso, ha llevado a algunos a pensar que se debería a un lamido excesivo. ¿Será la causa real de la lesión? La edad media de aparición son los 6 años, aunque se ha visto en gatos de nueve meses a nueve años. No hay preferencia por ninguna raza, y quizás las hembras estén más predispuestas.

La placa

Se presenta en gatos jóvenes (dos-tres años) y las hembras están más predispuestas. Al contrario que en el caso de la úlcera, el picor es intenso y suele presentarse antes de que aparezca la lesión en la piel. Los gatos que padecen este problema pueden mostrarse letárgicos o más bien lo contrario, es decir irritables. La aparición de la placa es brusca, podríamos decir que «de la noche a la mañana».

Son fácilmente reconocibles, ya que faltará pelo, habrá enrojecimiento de la piel y a veces pueden acabar ulcerándose y eliminando algo de líquido. Suelen medir entre 0,5 y 0,7 milímetros.

Como respuesta a la lesión de la piel, los ganglios linfáticos próximos a ella pueden inflamarse. Las placas se localizan en la ingle, alrededor del ano, muslos, axilas, ombligo, antebrazo e incluso en la conjuntiva, córnea y boca.

En este caso la causa si parece clara. Se deben a un problema alérgico, a pulgas, alimentos, o alergenos ambientales. Si descartáramos cualquier tipo de alergia, no deberíamos olvidarnos de las Cheyletiellas (ácaros de la piel) y de los hongos.

El granuloma

Se observa en gatos jóvenes, desde seis meses a cinco años. Al parecer afecta más a las hembras. Su apariencia puede ser de pápulas (sería como una elevación de la piel de un centímetro), nódulo (elevación de la piel que se extiende a los estratos más profundos) o de línea. Esta última es la presentación más frecuente y recuerda al tacto a algo similar a una costra alargada de las que a veces tenemos en nuestra piel como consecuencia de un arañazo largo y profundo. Estas líneas se localizan sobre la región caudal o medial del muslo, aunque pueden aparecer también en el cuello, en el tórax o en las extremidades anteriores. Son de color amarillo o rosado, no pican y miden entre 0,5 a 10 centímetros de largo y 2-4 milímetros de ancho. Si tienen apariencia de pápula o de nódulo aparecerán en la boca, puente nasal, orejas, y almohadillas plantares provocando dolor y cojeras. Los granulomas bucales (lengua y paladar duro) provocarán anorexia, hipersalivación, dificultad para tomar alimentos y olor en la boca. También pueden aparecer en el labio inferior “gatos haciendo pucheros” o en el mentón “gatos con mentón graso”.

En los gatos menores de un año pueden resolverse espontáneamente en un plazo de tres a cinco meses.

Como habréis deducido tras leer la descripción de estas lesiones de la piel del gato, salvo en el caso de la placa, descubrir la causa que los produce es complicado y costoso, por lo que podemos instaurar un tratamiento de ensayo y si no hay remisión o aparecen recaídas se inicia una investigación más profunda.

En un análisis de sangre no vamos a encontrar nada relevante, salvo en el caso de la placa, en que aparecerá un aumento de eosinófilos. Podemos optar por hacer una citología de las lesiones (tomar células con una aguja). Las biopsias serán el siguiente paso si la citología no nos saca de dudas. Dado que en muchas ocasiones el causante es una alergia, deberíamos introducir un diagnóstico alergológico: Test cutáneos o pruebas serológicas para alergenos y dietas de eliminación.

En principio el tratamiento de los tres tipos de lesiones (úlcera, placa y granuloma) es el mismo.

Lo primero, independientemente de la lesión observada es realizar un tratamiento radical contra las pulgas. Cuando un veterinario os sugiere que quizás vuestro gato tiene pulgas y que la picadura de estas puede ser la causa del problema (alergia a la picadura de la pulga), nos miráis con cara rara, no por la alergia en sí sino porque consideráis imposible que vuestra mascota tenga esos bichos. Cosas más raras se han visto. Demostraros que tiene pulgas no siempre es fácil, así que no os alarméis y confiad en vuestro veterinario.

Usaremos los corticoides, que generalmente vuestro gato admitirá sin padecer los efectos nocivos que a veces provocan en los perros. Los podemos usar inyectados o por vía oral. Dado lo difícil que a veces resulta introducir una pastilla en la boca del gato, solemos optar por los inyectables. Los administramos cada dos semanas a una dosis estándar hasta un máximo de tres a cuatro inyecciones.

En ocasiones utilizaremos antibióticos, ya que hay gatos que responden perfectamente a esta medicación.

El Acetato de Megestrol, un progestágeno utilizado con quizás demasiada frecuencia para inhibir el celo de las gatas, ha sido también utilizado. Yo no os lo recomiendo porque entre su uso y la aparición de diabetes mellitus tan solo hay un paso.

En casos complicados y que no remiten con la medicación convencional usamos estimulantes de las defensas, como el levamisol, el interferón gamma, el Clorambucilo, el Tiabendazol, las sales de Oro y la Ciclosporina. El Palmidrol es uno de los últimos tratamientos puestos a nuestra disposición y los ácidos grasos parece que pueden ayudar de forma beneficiosa.

Otras alternativas son la cirugía, radioterapia, crioterapia y láser

Habrá gatos que muestren una respuesta satisfactoria a los tratamientos de hipo sensibilización, a las comidas hipoalergénicas, o a la comida de bebés a base de cordero o jamón suplementadas con vitaminas, minerales y aminoácidos, si la causa era algún inhalante o algún alimento.
Fuente: http://www.elmundodelgato.com/noticia/627/Veterinaria/problemas-piel.html

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí