Nefropatía en el gato

Nefropatía crónica en el gato

Una nefropatía se define como la presencia de anomalías funcionales o estructurales en uno o ambos riñones. Se reconoce por la disminución de la función renal o la presencia de lesiones en el riñón.

La nefropatía crónica (NC) es una causa común de enfermedad y muerte en los gatos. Figura entre las patologías más frecuentes de los gatos ancianos. Los porcentajes de incidencia se mueven entre el 1,6 y el 20 por 100. Aunque muchas veces se considera una enfermedad de los animales ancianos, la NC puede aparecer en gatos de cualquier edad.

Estudios recientes demuestran que el 53 por 100 de los gatos afectados tiene más de siete años, pero el intervalo de edad varía desde los nueve meses a los 22 años. Una ampliación de este estudio demostraba que entre gatos de todas las edades se daban 16 casos entre 1.000. En gatos de diez años o más, fue de 77 entre 1.000, y en gatos de más de 15 años fue de 153 por 1.000. Queda claro, por tanto, que su incidencia aumenta con la edad.

La nefropatía puede comenzar debido a diversas enfermedades -familiares, congénitas o adquiridas- diferentes. Dentro de las nefropatías diversos estudios demuestran que, en un 70 por 100 de los casos, se trata de nefritis intersticiales, en un 15 por 100 de glomerulonefritis, en un 11 por 100 de linfomas y en un 2 por 100 de amiloidosis.

Podemos saber, a partir del análisis de determinados parámetros, en qué grado de afectación renal se encuentra el gato enfermo por una nefropatía. Estos parámetros son la creatinina (el más importante), la proteiunuria (cantidad de proteínas en la orina) y la tensión arterial.

En la fase 1 de la nefropatía crónica felina la creatinina será inferior al valor máximo de rango normal, esto es, inferior a 1,6 mg/dl (<140 micromol/l), es decir, sin azoemia. En la fase 2 se encontrará entre 1,6-2,8 mg/dl (140-250 micromol/l), es decir, con una azoemia renal leve. En la fase 3 la creatinina se encontrará entre 2,8-5 mg/dl (251-440 micromol/l), es decir, con una azoemia renal moderada y, en la fase 4 de la enfermedad, nos encontraremos con una creatinina superior a 5 mg/dl (<440 micromol/l), es decir, con una azoemia renal grave.

El término azoemia se define como una concentración anormal de urea, creatinina y otras sustancias nitrogenadas no proteicas en la sangre, el suero y el plasma.

Estas mediciones son sumamente útiles para hacer un pronóstico y establecer un posible tratamiento de la NC pero, dadas las variaciones que se pueden presentar en función del laboratorio, raza, edad, sexo, condición física y masa corporal magra, es indispensable valorar también el estado clínico global del gato enfermo.

También resulta útil sub clasificar a los pacientes por la proteinuria y la presión arterial. La proteinuria y la hipertensión pueden influir en el pronóstico y pueden mejorar el tratamiento. Consideraremos a un gato proteinúrico cuando el cociente proteínas/creatinina es superior a 1. Los valores entre 0,5-1 se clasifican como proteinúricos límite y los inferiores a 0,5 se clasifican como sin proteinuria.

Podemos decir que los gatos con NC en fases 2 y 3 suelen sobrevivir entre uno y tres años, aunque todo dependerá de la calidad de los cuidados médicos y vuestro grado de implicación en el tratamiento, es decir, en vuestras decisiones sobre las opciones de tratamiento y el seguimiento de nuestras recomendaciones para tratar al paciente.

Lo que no podemos olvidar es que, en la mayoría de los casos, la pérdida de función renal es irreversible y, por lo tanto, en este contexto la recuperación se refiere a la mejoría de las deficiencias y excesos bioquímicos y a la mejoría de los signos clínicos más que a la recuperación de la función renal.

La función renal adecuada para el mantenimiento de las funciones orgánicas no requiere que todas las nefronas (células renales) sean funcionales. El término insuficiencia renal describe el nivel de disfunción del órgano más que una entidad patológica específica. Los riñones realizan un montón de funciones, pero la incapacidad para desarrollarlas no es un fenómeno de todo o nada. Dicho esto os diré que la uremia es el estado clínico hacia el que convergen todas las nefropatías generalizadas y progresivas y que conducirá a un fracaso excretor renal, y a que se vean alteradas distintas funciones metabólicas y endocrinas que normalmente realiza el riñón, con aparición de anemia, desnutrición, alteración del metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas, uso deficiente de la energía, alteraciones de la inmunidad y enfermedades óseas metabólicas.
Fuente: elmundodelgato.com

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