Los gatos como todos los seres vivos comparten algunas características cognitivas con los humanos independientemente del hábitat que compartan, otros factores específicos diferencian a los gatos dotándolos de habilidades especiales como las que se indican a continuación:
Dos de los sentidos más desarrollados del gato los constituyen el oido y olfato, ambos le otorgan habilidades al felino que se complementan naturalmente. En general, el gato posee un excelente sentido del oido y las orejas con pelillos funcionan como sensores para detectar ruidos a frecuencias imperceptibles para los humanos y solo audibles para ellos, esta aptitud les permite situarse para cazar a la presa. Respecto al olfato, el gato posee una estructura orgánica muy desarrollada conocida como el órgano de Jacobsen, que le permite detectar olores especiales para su naturaleza cazadora.
Una vista especial para el gato
La vista del gato esta habilitada para distinguir movimiento a distancias cortas así como detectar colores con cierta longitud de onda y de forma similar en el crepúsculo la visión solo la requiere como una referencia para ubicar la distancia de un salto para atrapar a sus presas.
La propiedad que tienen los gatos para ver en la oscuridad es dada por un grupo de células denominado “tapetum lucidum” situado en el fondo del ojo, cuya función es regular la pequeña cantidad de luz que llega a los ojos y reflejarla, esta reacción produce el brillo de los ojos del gato en la oscuridad.
En el mismo orden de ideas, durante el día las pupilas del gato al recibir gran cantidad de luz el gato regula la entrada de la luminosidad a través de dos mecanismos: cerrando los párpados y por medio de la pupila diferencial que se cierra lateralmente formando una abertura vertical, esta característica en los felinos es resultado de la evolución y la adaptación como cazadores nocturnos.
