Entre otros problemas que pueden sufrir los gatos durante su vejez, se encuentran entre los más comunes la obesidad, la disminución de su olfato, los problemas cardiovasculares, renales, dentales, gastrointestinales, diabetes, neoplasias, pérdida de visión, anemia, cáncer y problemas articulares, por lo que hay que estar atentos y vigilar su apetito, si baja de peso, si vomita, si orina más de lo normal, si tiene diarrea o estreñimiento, si se le siente un protuberancia en la piel o en las mamas, si está olfateando por donde camina, si cojea o si no se trepa con facilidad en sus lugares preferidos. Si se observan estos cambios, es que su gato está envejeciendo y debe llevarlo al veterinario para un control.
Es importante y más cuando los gatos son mayores, que se le administren las vacunas contra las infecciones respiratorias, contra la rabia, la leucemia felina, la clamidiasis y bordetelosis y un antiparasitario, para que estén bien protegidos.
Esté atento, porque la mayoría de los gatos mayores, a medida que envejecen buscan mayor afecto y atención por parte de sus dueños, se vuelven más cariñosos y maúllan más para que se les de comida o cariño, ha llegado el momento en que el gato ya no es tan independiente y necesita que se ocupen un poco más de ellos, quizás porque comienza una dependencia para sentirse seguros.
Si su gato mayor lo busca, le maúlla o llama la atención haciendo movimientos, reconfórtelo, y recuerde que no necesariamente si su gato está envejeciendo tiene que estar enfermo. Lo importante en esta última etapa de su vida es que usted le de más amor, una atención de alta calidad y los cuidados necesarios que requiera, para que pueda lograr vivir plenamente en esta última etapa de su vida. Su felino se lo agradecerá.
