Cornish rex

Originario, como era de esperar, de Cornualles, al sudoeste de Inglaterra, el primer cornnish rex nacía en 1950, fruto del cruce entre gatos de pelo corto con el british shothair. Se trata de un gato de estructura ósea muy fina que puede presentar cualquier color y dibujo en un pelaje suave y un tanto ondulado. El cuerpo, delgadísimo y con el abdomen hundido recuerda al de un galgo.

En su aspecto, llaman poderosamente la atención unos ojos rasgados, que le confieren cierto aspecto de desconfiado, pero que o distinguen de la mayoría de las razas. En cuanto a las orejas, también características, son anchas en la base, de forma triangular y muy grades en comparación con la cabeza  aun el resto del cuerpo.

Inteligente como pocos y líder nato

Es un felino juguetón, muy sociable y amistoso. Le encanta, además, el contacto con los niños. Y no sólo sus ojos expresan inteligencia: es una animal de una inteligencia extraordinaria que suele acabar liderando el grupo en el que se inserte. Si es que desea formar parte de una manada, ya que otra de las características de esta raza es que les gusta la independencia.

Los cuidados que requiere el cornish rex son mínimos: apenas pasarle un guate de franela de vez en cuando para mantenerlos libres de pelo muerto y que su pelaje esté siempre brillante. Aparte, eso sí, de habituarlos a un baño de vez en cuando con un champú específicos que los mantenga libres de grasa.

En cuanto a su salud, nos hallamos ante un animal fuerte, en líneas generales, si bien durante sus primeros años de vida es fácil que se acatarre, debido a la escasa protección que le ofrece su pelaje. Asimismo, debemos vigilar su alimentación cuando ya sea adulto: tiende a ser muy glotón, de modo que es fácil que caiga en la obesidad.

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