Peritonitis infecciosa felina

Entre los virus que afectan al gato uno de los menos conocidos es, sin lugar a dudas, el coronavirus felino, responsable de la peritonitis infecciosa felina (PIF), una de las enfermedades más temidas.

El agente causante de esta enfermedad, es un virus común y muy infeccioso que se transmite principalmente por vía fecal y oral. De los gatos afectados, el 90% aproximadamente sigue teniendo buena salud, aunque en un número pequeño de casos la infección desemboca en la enfermedad.

Existen dos formas de PIF. La forma húmeda se caracteriza por una acumulación de líquido en el tórax o el abdomen. Este líquido, con un alto contenido de proteínas, suele ser de color amarillento. La forma seca se caracteriza por lesiones inflamatorias (denominadas piogranulomas) que pueden afectar prácticamente a cualquier órgano, incluido el sistema nervioso.

Los síntomas son los siguientes: pérdida de apetito, pérdida de peso, el animal está triste y tiene fiebre. No reacciona a los antibióticos. Los animales afectados por la forma húmeda pueden presentar el abdomen hinchado o dificultades respiratorias debidas, ambas, a la acumulación de líquido.

Actualmente hay vacuna para esta enfermedad, pero la mejor prevención siempre es evitar que nuestro gato esté en contacto con animales infectados.

¿Qué es la Peritonitis Infecciosa Felina?

La peritonitis infecciosa felina es una enfermedad inmunomediada producida por un coronavirus felino.

La peritonitis infecciosa felina ha sido ignorada por los veterinarios hasta hace diez años. Se trata de una enfermedad casi imposible de detectar y, para cuando los síntomas comienzan a manifestarse, resulta irreversible, puesto que es realmente grave y mortal . La única solución que existe hoy en día es la prevención.

En la última década, la peritonitis infecciosa felina se ha expandido por todo el mundo sin distinguir sexo ni edad entre los gatos.

Síntomas de la peritonitis infecciosa felina: consecuencias fatales

Los síntomas de esta fulminante enfermedad es letárgica, pérdida de peso, hinchazón del abdomen, apatía, fiebre intermitente, falta de apetito o inflamación de los órganos internos. Sin embargo, cuando estos signos hacen su aparición, cualquier remedio resulta prácticamente inútil. Actualmente, no existe tratamiento alguno para esta silenciosa y letal enfermedad; incluso es posible que la muerte se produzca sin que hayan aparecido síntomas. En estos casos, se diagnostica a través de la autopsia.

Peritonitis infecciosa felina: Contagio fácil

Se trata de un virus muy contagioso, siendo infectante principalmente la materia fecal de los gatos afectados. El contagio de esta infección es, por desgracia, común y sencillo. El contacto con otros gatos afectados y la utilización de comederos y cajas de arena son posibles vías de transmisión. Es esencial mantener la higiene, lavando cada semana la bandeja sanitaria.

El animal también puede contraer el mal sin salir de casa, ya que es frecuente que el virus se propague a través de la suciedad y el polvo que quedan adheridos a la suela de los zapatos. El gato suele jugar con el calzado de su amo, y es entonces cuando inhala las sustancias contaminantes.

Peritonitis infecciosa felina: La única solución

La única forma eficaz de prevención es la inmunización. Se trata de una vacuna única, sin variantes, que se comercializa a escala mundial. Su aplicación resulta bastante curiosa: es la única que se administra mediante una cánula vía intra nasal. La aplicación de las defensas ha de repetirse pasado un mes y, después, una vez al año.

Es muy importante recordar que todos los machos y hembras que vayan a dedicarse a la cría deben estar debidamente vacunados contra la peritonitis infecciosa felina. De esta manera, los cachorros que nazcan estarán más protegidos y estimularán los anticuerpos maternales hasta la edad en que puedan vacunarse.

NOTA: El contagio por coronavirus afecta al 95% de los gatos en contacto con gatos portadores del mismo, pero el desarrollo en PIF en cualquiera de sus formas (seca o húmeda/efusiva) se produce sólo en el 5% de los casos.

Fuente: www.caracterfelino.es

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