Gracias a los conocimientos modernos de medicina y veterinaria, sabemos por hecho que una gran parte del reino animal, especialmente aquellas especies que han sido domesticadas, necesitan de una serie de vacunas, en sus primeras etapas de desarrollo, que los ayudarán a crear las defensas necesarias para sobrevivir –y evitar- diversas enfermedades que podrían poner en riesgo su vida.
En el caso de los gatos, a pesar de que se tiene como creencia popular que tienen 7 vidas y que pueden sobrevivir a lo que sea, no difiere mucho de otros mamíferos, por lo que los felinos domésticos requieren también dichas vacunas para poder vivir a plenitud.
¿Cuáles vacunas y cuándo ponérselas?
Los gatos obtienen la mayoría de sus defensas de las madres, pero en muchos casos, especialmente de los gatos callejeros adoptados de cachorros, estos son destetados antes de tiempo, por lo que no adquieren este sistema de defensas necesario, por lo que durante el primer mes y medio de vida, debe ser llevado a un veterinario para que le haga una valoración de su estado general, y de ahí se desprenderá el orden y el momento de las vacunas que le serán suministradas al gatito.
La primordial de todas es la Trivalente felina, que lo proteje del herpesvirus tipo I, calcivirus y parvovirus; la de la leucemia felina, la del mal de rabia, entre otras, en el orden que establezca el médico según su criterio, sin embargo estas son las vacunas esenciales en la vida de todo gato.
Muchos propietarios de gatitos no le prestan tanta atención al proceso de vacunación, especialmente si planean esterilizarlos porque creen, erróneamente, que al no tener contacto con otros gatos y no salir al exterior están libres de todo mal, y al contrario, quedan más expuestos y vulnerables a las bacterias que su propietario pueda traer adherido, sin saberlo, a la ropa y el calzado; el consejo: no escatimar esfuerzos en cuanto al cuidado de nuestra mascota, después de todo, es un ser vivo que nos traerá alegría a nuestra vida.