La esterilización

La esterilización no es sólo una manera de tener tranquilos a los dueños de los gatos, la Unión Europea ha empezado con castraciones de animales abandonados con el fin de evitar su propagación extrema, pues cada vez son más numerosas las camadas de gatos o perros abandonados por sus dueños.

La castración está cada vez más extendida, sobre todo entre los gatos domésticos, pues se trata de una operación cuyo objetivo es acabar con el celo del animal y también con su reproducción. Los gatos no corren riesgo alguno al ser castrados, pues no son animales que tengan la necesidad vital de reproducirse, como otros animales, por lo cual no padecen depresiones ni enfermedades si no se lleva a cabo la reproducción.

Las operaciones de castración se realizan con anestesia general y el riesgo es mínimo, por lo que normalmente no requieren hospitalización y tardan en recuperarse de dos a tres días aproximadamente, dependiendo de si es macho o hembra, pues el proceso de la operación también es diferente dependiendo del sexo de nuestra mascota.

Existen diferentes métodos de esterilización:

En los machos las operaciones más comunes son la vasectomía, que consiste en la ligación de los conductos seminíferos (es recomendable realizarse en los primeros meses de edad); y la castración, que consiste en extirpar los testículos para evitar su reproducción, además de eliminar la producción de espermatozoides y de hormonas masculinas para acabar con el celo.

En las hembras se practica la extracción de ovarios y del útero, para así eliminar la producción de óvulos, del ciclo menstrual y de las hormonas sexuales femeninas; la ovarioectomía, que consiste en la extracción solamente de los ovarios; y la ligadura de trompas, aunque con esta operación la hembra sigue produciendo óvulos, pero son imposibles de fecundar.

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