Muchas mujeres que tienen un gato en casa, cuando se quedan embarazadas temen que su mascota pueda contagiarle el toxoplasma y perjudicar al bebé. Hay quienes deciden desprenderse de su animal de compañía para evitar complicaciones, pero lo cierto es que existen otras alternativas menos drásticas. Para tu tranquilidad, debes saber que existen pocas probabilidades de que tu gatito pueda ser fuente de infección.
El Toxoplasma gondii es el parásito causante de la toxoplasmosis. En muchas ocasiones, las personas pasan esta enfermedad sin darse cuenta. A pesar de eso, también es cierto, que es peligrosa para las mujeres embarazadas, ya que esta infección puede provocar malformaciones congénitas al feto. No obstante, si convives con un gato, puedes tomar una serie de precauciones que evitarán cualquier riesgo para tu salud.
Toma algunas precauciones con tu gato
Este parásito se encuentra, sobre todo, en la carne cruda. Los gatos se contagian por ingerir animales portadores de este parásito. Una manera de evitar que nuestra mascota se infecte es basar su alimentación en pienso o comida de lata y retirarle la ingesta de carne cruda.
Si nuestro animal de compañía ha contraído la enfermedad, tardará de dos a tres semanas en eliminar el parásito a través de las heces. Por lo tanto, durante el embarazo no debes limpiar el arenal de tu gato. Si lo haces, usa guantes desechables y lávate las manos cuando termines la tarea.
Otra medida de precaución que puedes tomar, es reducir las salidas de tu gato al exterior, de esta manera, evitarás que esté expuesto a contraer este parásito fuera de casa.
No obstante, si te quedas embarazada, lo más recomendable es que consultes con tu médico y tu veterinario para que te den las pautas adecuadas y evitar disgustos innecesarios.
